Tratamiento láser para rojeces, cuperosis y rosácea
¿Qué ocurre cuando las rojeces dejan de ser anecdóticas? Existen muchos más casos de alteraciones cutáneas como la cuperosis y la rosácea de lo que pensamos. Las cuales no solo son antiestéticas, sino que también generan malestar y molestias en las personas que las padecen.
Sin duda, hace falta más información para combatir el desconocimiento sobre este tipo de afecciones dermatológicas, que tienen origen en problemas vasculares. Para que su diagnóstico se lleve a cabo lo antes posible y podamos evitar su empeoramiento: con todas las molestias que esto conlleva.
Pero, ¿qué es exactamente la cuperosis y la rosácea? ¿Qué tipo de tratamiento es el más efectivo? ¿Tiene efectos secundarios? ¿Podemos tratar la cuperosis y la rosácea sin cirugía? Os explicamos a continuación en qué consisten estos problemas dermatológicos y cuál es la técnica más avanzada para su tratamiento.
¿Qué es la cuperosis?
La
cuperosis está más asociada a lo que entendemos como rojeces, irritación y pequeños capilares dilatados. Podríamos hablar de unas rojeces que se han vuelto más o menos crónicas; y que no solamente aparecen, por ejemplo, por la exposición a los agentes externos como ocurre en el caso del frío.
Esta afección aparece cuando se altera la microcirculación de los capilares que nutren de sangre la piel de las mejillas, la barbilla y la nariz. Teniendo como consecuencia el enrojecimiento constante de la zona y la aparición de múltiples arañas vasculares diminutas (telangiectasias), puesto que los pequeños vasos que mencionábamos terminan por perder elasticidad y permanecen dilatados.
Las personas que tienen una piel más fina y de pigmentación más clara tienen más probabilidades de sufrir cuperosis. Asimismo, suele aparecer asociada a causa de alguno o varios de estos factores:
- Fuertes cambios de temperatura.
- Exposición al calor o frío intensos.
- Golpes o traumatismos.
- Estrés, ansiedad u otras experiencias emocionales intensas.
- Un exceso de ejercicio físico.
- Abuso de alcohol.
- Tabaco.
- Alimentos muy picantes o muy calientes.
- Determinados productos cosméticos.
- Otras patologías como la hipertensión o la diabetes y los cambios hormonales.
Cuando la cuperosis no se trata, con el paso del tiempo puede evolucionar en lo que llamamos rosácea.
¿Qué es la rosácea?
La
rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica que provoca la aparición de lesiones y enrojecimiento en zonas del rostro como la frente, la nariz o la barbilla. Por norma general, suele darse con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. Sin embargo, los casos que se presentan en varones suelen ser de mayor gravedad.
Es más probable que su aparición se dé en pacientes entre los 30 y los 50 años. Y las causas que provocan su aparición son múltiples: los mismos factores ya mencionados en el caso de la cuperosis (estrés, alcohol, tabaco, cambios bruscos de temperatura, productos cosméticos irritantes…). Y suele manifestarse en brotes de un tiempo de duración determinado.
Existe todavía mucho desconocimiento y falta de información sobre esta patología. Por lo que muchas personas piensan que realmente su problema no tiene solución. O que solamente pueden tratarlo con medicación.
Los síntomas de la rosácea pueden llegar a ser muy incómodos, empeorando la calidad de vida de las personas que la sufren. Además de las consecuencias propias de la cuperosis que ya hemos citado (rojeces, irritación, dilatación de los vasos que irrigan la piel del rostro y múltiples arañas vasculares), la rosácea también conlleva:
- Pústulas y lesiones cutáneas similares al acné.
- Edema (inflamación debida a acumulación de líquido).
- Reactividad y excesiva sensibilidad de la piel.
- Ardor, escozor, sensación de calor y picores.
¿Cuál es el mejor tratamiento para las rojeces, la cuperosis y la rosácea?
Hoy en día contamos con métodos de vanguardia para el tratamiento de este tipo de afecciones dermatológicas, que tienen un importante componente de lesión vascular. El
tratamiento con láser para la cuperosis y la rosácea consiste en la aplicación de un haz de luz concentrado sobre la lesiones, elevando la temperatura de los vasos sanguíneos y coagulándolos con seguridad. Y la piel comienza su proceso natural de curación.
El tratamiento con láser vascular consiste en la aplicación de un haz de luz concentrado sobre la lesión vascular a tratar. La energía que libera, eleva la temperatura de los vasos sanguíneos, coagulándolos con seguridad, favoreciendo su reducción y/o disminuyendo su visibilidad. Apto para tratamientos faciales y corporales.
Dependiendo de tipo y grado de lesión utilizaremos una tecnología láser u otra, o la combinación de varias:
- DYE: Alta tecnología láser de tecnología AFT de luz pulsada que ofrece la máxima potencia para tratar eficazmente lesiones complicadas vasculares que habitualmente son difíciles de abordar.
- Nd:YAG: Láser de estado sólido que utiliza cristal de itrio y aluminio adaptado con átomos de nedominio, indicado para tratar de forma selectiva y mínimamente invasiva.
- IPL: Genera una fuente de luz de alta intensidad con un amplio espectro de longitudes de ondas muy eficaces para este tratamiento. No daña la piel superficial ya que actúa únicamente sobre las capas más profundas de la dermis.
- Láser luz pulsada AFT: Tecnología de Fluorescencia Avanzada.
Esta tecnología de luz pulsada de última generación tiene múltiples ventajas:
- No causa dolor.
- Es un tratamiento cómodo que no produce molestias.
- Sin cirugía.
- Es rápido (cada sesión dura unos 20 minutos).
- Ofrece buenos resultados desde su primera aplicación.
- Eficaz en todo tipo de pieles.
- Es un método seguro avalado por numerosos estudios clínicos.
- No deja secuelas en la piel.
- Los pacientes pueden incorporarse inmediatamente a su rutina.
Tratamiento mediante infiltraciones para la eliminación de arrugas de expresión totalmente compatible con láser vascular. Siempre que el especialista lo vea necesario.
¿Quieres saber más? Ponte en contacto con nosotros y descubre un método revolucionario para poner fin a tus rojeces, cuperosis o rosácea.
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